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DOLORES CORELLA PIQUERDOLORES CORELLA PIQUER


“Tenemos que mejorar las circunstancias, medios y estrategias para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en ciencia”

-¿Qué barreras ha tenido que superar como mujer y científica?

-En mi caso sí que he tenido que superar importantes barreras para alcanzar e intentar mantener un liderazgo en ciencia. La gran capacidad de trabajo, innovación, sacrificio e iniciativa chocan muchas veces con las circunstancias adversas para la mujer que frenan su avance en un mundo más favorable a los hombres... 

“Tenemos que mejorar las circunstancias, medios y estrategias para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en ciencia”

-¿Cómo percibe la situación de la mujer en la actividad científica desde su propia experiencia?

-A pesar del gran avance que se ha producido en los últimos años, las mujeres en ciencia todavía tienen más dificultades y barreras que los hombres para avanzar en su actividad científica en general. Esto hace que su presencia sea todavía minoritaria en importantes órganos de decisión científica, en concesión de premios relevantes, o en los rankings de liderazgo o de mayor impacto científico. Así por ejemplo, en el reciente ranking multidisciplinar de los mejores científicos en España publicado el 28 de febrero de 2018 por Webometrics (http://www.webometrics.info/en/node/24) con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones científicas, la presencia de mujeres en los primeros lugares del ranking es desoladora. Entre los 125 primeros lugares del ranking, solamente encontramos 11 mujeres, lo cual representa que aproximadamente solo 1 de cada 10 primeros lugares de liderazgo científico corresponden a mujeres. Éste, como todos los rankings, son opinables en su metodología, pero sí que contribuye de manera general a resumir la situación de la mujer en la actividad científica de alto impacto. Desde mi propia experiencia en el día a día de investigación a lo largo de más de 25 años, esto no significa en ningún modo que la mujer realice actividad científica de menor valía, simplemente indica que los hombres han encontrado mejores circunstancias y se han dotado y rodeado de mejores medios y estrategias para conseguir una mayor productividad, impacto y visibilidad que la mujer en las respectivas áreas. Son precisamente estas circunstancias, medios y estrategias lo que hay que mejorar para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en ciencia.

-¿Qué barreras ha tenido que superar?

-En mi caso sí que he tenido que superar importantes barreras para conseguir alcanzar e intentar mantener un liderazgo en ciencia. A día de hoy estoy entre las mujeres de los 125 puestos primeros del ranking anterior, pero la lucha es continua y la lista dinámica. La gran capacidad de trabajo, innovación, sacrificio e iniciativa chocan muchas veces con las circunstancias adversas para la mujer que frenan su avance en un mundo científico más favorable a los hombres. En mi caso, creé mi propio grupo de investigación muy joven, en mis primeros años de contrato como profesora ayudante en la universidad. Mis trabajos pioneros me permitieron desarrollar una línea de investigación puntera luchando contra toda adversidad, que no fue poca y prefiero no mencionar con detalle. Como anécdota, cuando me invitaban como ponente a distintas reuniones científicas, habitualmente me preguntaban que quien era mi jefe. Les costaba entender que una mujer joven dirigiera su propio grupo de investigación, laboratorio y realizara una investigación de alto impacto e innovadora. Otras veces, simplemente por ello, en lugar de un trato igualitario al hombre, se propician recelos y se dificultan todavía más las oportunidades para que no destaque más una mujer. También la maternidad es una barrera muy importante en el liderazgo de la mujer. En mi caso, para poder estar en la dura competición de primera línea, tuve que retrasar la maternidad al máximo. Mi ilusión de joven era tener varios hijos, ya que yo soy hija única y pensaba que es mejor tener varios. La situación real acabó siendo el tener una sola hija pasados los 40 años, que es cuando conseguí la Cátedra.

-¿Cuáles son las principales fortalezas de las mujeres científicas?

-Partiendo de la base de que la mujer científica está igualmente capacitada que el hombre, debido a las circunstancias más adversas en las que la mujer científica tiene que trabajar, ésta tiene que desarrollar más habilidades que faciliten su avance. No se puede generalizar, pero podría decir que en bastantes ocasiones la mujer es más observadora, más minuciosa, más dialogante y quizá menos egocéntrica y con más aguante ante la adversidad.

-¿Por qué existe una menor presencia femenina en determinados campos de investigación?

-Creo que porque tradicionalmente han sido más acaparados por hombres y las mujeres lo tienen más difícil, o porque por diversas circunstancias les resultan menos atractivos a las mujeres en comparación con otros.

-¿Percibe avances en la eliminación de las barreras de género en la ciencia?

-En los últimos años sí que percibo avances. Aunque en muchas ocasiones solo se haga para que resulte políticamente correcto, el tener que aumentar la presencia de la mujer en tribunales de oposiciones, en comités de dirección, en jurados, etc., esta oportunidad que tiene la mujer de mayor visibilidad y de poder tomar decisiones repercute de manera importante en las oportunidad que otras mujeres pueden tener y así ir poco a poco avanzando, además de las otras medidas paralelas en el marco científico y social general.

-¿Cuáles considera que son los principales desafíos pendientes para superarlas?

-Los principales desafíos son realmente conseguir una igualdad de oportunidades en hombres y mujeres, así como que no existan más trabas ni dificultades por el hecho de ser mujer.

-¿Cuál es su referente de mujer en la ciencia?

-Mi referente de éxito es Marie Curie, ya que su trabajo en unas condiciones extremadamente duras en ciencia en una época tremendamente difícil para las mujeres fue reconocido con dos Premios Nobel. Sin embargo no sólo tengo este referente. Mis referentes son también decenas de mujeres científicas cuyos trabajos reales merecieron el premio Nobel y no fueron premiadas por ello, sino que este galardón fue injustamente concedido a sus jefes o colegas hombres. Entre ellas, destaco especialmente a la física austriaca Lise Meitner que realizó importantes descubrimientos en radiactividad y en fisión nuclear, por los cuales recibió el Premio Nobel su colega Otto Hahn, quien omitió la contribución de Lise. Igualmente tengo que mencionar a Rosalind Franklin por sus descubrimientos de la estructura del ADN.

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